30 may 2014

Adicto

A mi corta edad, es alarmante la cantidad de vicios que poseo, pero nada sorprendente que sean aquella mujer y la nicotina las que se dedican a encabezar la lista, esto me hace inevitable notar ciertas similitudes entre una y otra, comparar y dedicarme a resaltar parecidos. 


Ambas empezaron como un pequeño juego donde predominaba la curiosidad y nada más, subestimaba su poder y creía tenerlo todo perfectamente calculado, fluyendo por el caudal de un supuesto autocontrol que según mi ego yo solía poseer... ¡Vaya iluso!

El segundo paso fue adquirir un gusto culposo por ellas, sabía que estaba mal (o eso dictaba mi conciencia) Pero aún así no quería detenerme en lo absoluto. En mi mente rebotaba la idea de que si algo te hace feliz o cuanto menos te aleja de la tristeza; ¿Para qué dejarlo?

De esto pasamos a la costumbre, el desear tenerla siempre al despertar y sin falta antes de dormir, sentir que su ausencia me cambiaba y me impedía estar a gusto, que era el suplemento crucial que le daba ese toque pintoresco a cualquier acto donde me acompañase. Para mi era un añadido sumamente necesario para convertir cualquier camino gris en uno multicolor y más adelante vital para tan siquiera pensar en cruzarlo. 

Ese camino fue una fuerte caída hacía la adicción, y ella mi lázaro en el descenso, mi guía y a su vez mi perdición; Citando a André Gide "escribir es para mí un acto complementario al placer de fumar" y es así, cuesta una infinidad llenar de tinta un papel sin ese enigmático cilindro cargado de tabaco entre los dedos, se vuelve insípido, vacío, sencillamente no es lo mismo, casi tan complicado como lograr una pizca de inspiración sin tener a esa persona especial en mi mente. 

Me hice dependiente, esclavo de dos drogas cuyo síndrome de abstinencia me hace sentir como el simple envoltorio destinado a cubrir la esencia «Mi ser» que ellas se llevan luego de cada despedida, que para que exista un "yo" tiene que haber un "nosotros", por más satírico que esto pueda llegar a ser.

Se les nota a simple vista que ambas tienen planeado el mismo futuro para mi; hundirme y pisotearme cuando todo acabe, pero para continuar con la acostumbrada honestidad; No me dejan de encantar.

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